Alrededor del sexo anal existen muchos mitos que privan de explorar la sexualidad sanamente. Las busquedas sobre sexo anal han incrementado en los ultimos años, de acuerdo a un informe reciente del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reveló que el 42 por ciento de los hombres y el 36 por ciento de las mujeres han tenido sexo anal al menos una vez en su vida. Es por ello que te recomendamos explorar al máximo el placer y descubrir juguetes sexuales diseñados especialmente para estimular tu ano.
Mitos y realidades de los juguetes anales.
Mito. El sexo anal con juguetes sexuales es doloroso. Además del estigma asociado con la búsqueda del placer trasero, existe el mito de que el sexo anal es, no, debe ser doloroso. Si bien sumergir los dedos de los pies (o los dedos, el pene o un juguete sexual) en las aguas anales puede implicar una molestia momentánea, no debe causar dolor. De hecho, nuestros cuerpos están programados para ello. Un dedo bien lubricado o un vibrador colocado estratégicamente puede hacer maravillas para masajear y excitar la próstata (esa cápsula de placer, una con miles de terminaciones nerviosas sensibles).
Mito. El sexo anal es inseguro. El aumento de la epidemia del VIH a principios de la década de 1980 no solo cosificó la conexión entre lo queer y el sexo anal, sino que alimentó aún más la comprensión de que el sexo anal era mortal. Y si bien es mucho más probable que el sexo anal sin protección transmita el VIH y otras ITS que otros actos sexuales, el sexo anal no tiene por qué ser inherentemente más inseguro que otras prácticas sexuales más seguras.
La eficacia de los condones para prevenir la propagación de infecciones es un hecho, pero no nos olvidemos de la lubricación. No lo olvides: se puede colocar un condón de inserción dentro del ano para brindar la máxima seguridad.
Mito. El sexo anal es sucio. Todas las asociaciones que tenemos con el ano son rotundamente negativas, abyectas y asquerosas. Definitivamente estigmatizamos el trasero. Y seamos realistas: hay todo tipo de desorden que puede ocurrir con cualquier encuentro sexual, por lo que este mito es eso; solo un mito, no se basa en ninguna verdad.
Descubre el placer anal
El ano está formado por dos músculos del esfínter. El más importante para el sexo anal es el esfínter externo, o la abertura que conecta tu ano con el mundo exterior. Si nos sentimos estresados, incómodos, tensos o simplemente malhumorados, puedes apostar que será doloroso forzar cualquier cosa allí. Pero si nos sentimos relajados, cómodos, enamorados, con intensa lujuria, entonces podemos volvernos flojos, ofreciendo la entrada a un dedo, y luego tal vez a un juguete sexual.
Un juguete sexual masculino puede ayudar a los hombres que sufren problemas de destreza manual o tienen una pareja que no puede masturbarlos manualmente.
Muchos juguetes son resistentes al agua, están hechos de materiales seguros para la piel y algunos son recargables, lo que evita que las baterías se agoten en ese momento crucial.
Elige un juguete sexual de alta calidad, hecho de un material seguro para la piel como la silicona, que sea fácil de limpiar y no poroso. Los productos de caucho y látex pueden ser difíciles de limpiar y pueden absorber bacterias.
Finalmente, el uso de un buen lubricante es importante para que el masaje sea más cómodo y placentero. Muchos han sido fabricados sin los productos químicos, ni los ingredientes que dañan la piel que normalmente se encuentran en los lubricantes anales.
Para disfrutar al máximo:
No olvides la la "Tríada sexual" que involucra tres principios simples para cualquier encuentro sexual:
- Comunicación
- Relajación
- Lubricación.
La comunicación es clave en cada situación sexual, ya que permite a las parejas mantener a todos informados sobre sus deseos y necesidades sexuales, lo que conduce sin problemas a nuestro segundo punto, la relajación.
Relajarse es lo más importante. De esa manera el disfrute se encuentra asegurado. Y claro, lubrica al máximo así obtendrás mayor placer.
Juguetes sexuales diseñados para el sexo anal
- Bolas anales: las bolas anales son esferas, generalmente hechas de silicona, vidrio o acero inoxidable, unidas a lo largo de un cordón, generalmente con un lazo en el extremo para recuperarlas fácilmente. Las bolas anales están diseñadas para estimular los nervios al retirarlas.
- Tapones anales: los tapones anales están diseñados para insertarse en el ano y permanecer allí durante la actividad sexual. Pueden ser suaves o texturizados, y algunos vibran para una estimulación adicional. Pueden fabricarse acero inoxidable o silicona.
- Consoladores anales: los consoladores anales estimulan las zonas erógenas dentro de la cavidad anal. Suelen tener una ligera curva y una base más ancha, y algunos están diseñados para sujetarse a un arnés y usarse para clavar.
- Masajeadores de próstata: un masajeador de próstata estimula la glándula prostática, que es un órgano del tamaño de una nuez que se encuentra debajo de la vejiga y sobre la base del pene. Los masajeadores de próstata suelen tener puntas suaves y redondeadas para una fácil inserción. Otros están diseñados con un componente externo que presiona contra el perineo, el área entre el ano y el escroto, proporcionando una estimulación adicional a la próstata desde el exterior.
- Juguetes anales inflables: Los juguetes anales inflables son similares a los tapones anales, pero incluyen una bomba manual. Los juguetes anales inflables le permiten estirar tu ano de manera segura a un nivel deseable. Si el juguete se siente demasiado intenso o grande, puedes desinflarlo y retirarlo rápidamente.
- Ganchos anales: los ganchos anales son varillas de metal curvadas, generalmente en forma de J.
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