La masturbación es una excelente manera de descubrir más sobre tu ser sexual, gustos y aversiones. Es la forma ideal de averiguar qué es lo que te enciende y apaga, y esa información definitivamente se puede usar cuando te masturbas o tienes sexo con otra persona. A continuación, reunimos algunos consejos sobre cómo se masturba una mujer para obtener mayor placer y encenderse al máximo.
Introducción sobre a la masturbación femenina
Es posible que hayas escuchado algunos mitos o cosas muy locas y extrañas acerca de que la masturbación es mala para ti, como que te hace crecer el cabello en lugares extraños; causa infertilidad; encoge tus genitales; o una vez que empieces a masturbarte te volverás adicto. Nada de eso es cierto. La masturbación no es perjudicial, ni mala para ti. La masturbación es buena para tu salud física y mental. Y es prácticamente el sexo más seguro que existe: no hay riesgo de quedar embarazada o contraer una ETS.
Beneficios sobre la masturbación
Un estudio publicado en ‘Europe’s Journal of Psychology’ confirma que la masturbación libera endorfinas, que nos brinda muchos beneficios como placer de manera directa.
La masturbación puede:
-Liberar la tensión sexual
-Reducir el estrés
-Ayudarte a dormir mejor
-Mejorar tu autoestima e imagen corporal
-Ayudar a tratar los problemas sexuales
-Aliviar la tensión muscular
-Disminuir el dolor por cólicos menstruales
La masturbación también te ayuda a descubrir lo que te gusta sexualmente. ¿Dónde quieres que te toquen? ¿Cuánta presión te hace sentir bien? ¿Qué tan rápido o lento quieres hacerlo?
Descubre más beneficios: Masturbación femenina: Beneficios y Tips
Técnicas para la masturbación
Aprender a tener orgasmos por tu cuenta puede hacer que sea más fácil tener uno con tu pareja, porque puedes decirle o mostrarle lo que se siente bien. Y cuando te sientes cómoda con el sexo es más probable que te sientas cómoda protegiéndose contra las ETS y los embarazos no deseados.
¿Cómo comenzar?
Encuentra un momento en el que estés sola en casa y no te interrumpan. Apaga la televisión y esconde tu teléfono; haz lo que normalmente haces para relajarte. Tal vez un baño o una ducha podrían ayudar a ponerte en clima. Cuando estés lista, acuéstate; tómate un momento para centrarte y concentrarte en tu propia respiración.
Un consejo: las velas de masaje también funcionan muy bien para crear un ambiente relajante.
¿Qué estimular?
Usando la presión más ligera, toca tu cara con las yemas de los dedos. Acaricia tus mejillas, pasa tus dedos por tu frente, frota tus sienes y masajea tu cuero cabelludo. Asegúrate de tomarte tu tiempo; presta atención a tu respiración, a la sensación de tu piel y trata de hacer que todo tu cuerpo se afloje cada vez que exhales.
Con un toque más firme, mueve las manos hacia arriba y hacia abajo por los brazos, sobre los hombros y detrás del cuello. ¿Notas alguna tensión muscular? Trabaja en estas áreas por un poco más de tiempo. Asegúrate de ir acariciando y amasando tus músculos.
Tip. Si te gusta que tus caricias sean más resbaladizas, usa un aceite de masaje 2 en 1 que también actúa como lubricante y también es seguro m en tus áreas íntimas.
Exploración de cuerpo
Ahora que te sientes más relajada, mueve tus manos hacia tus senos. Comienza a acariciarlos y jugar con ellos. Aplica una presión ligera como una pluma sobre tus pezones, trazando el contorno, antes de pellizcarlos y tirar de ellos suavemente.
Paso a paso de la masturbación
Continúa trabajando hacia abajo, masajeando tu abdomen, caderas y muslos. Asegúrate de tomar las cosas con calma y mantener tu respiración lenta y uniforme.
Cuando estés lista, vuelve a subir tu cuerpo hasta la pelvis. Coloca ambas manos sobre tu vulva y aplica la presión más suave, moviendo tus manos en círculos pequeños y lentos. Mantén la presión ligera hasta que te sientas lista para llevar las cosas más lejos.
Asegúrate de usar lubricante, no solo se siente mucho mejor y más sensual, sino que también puedes obtener un hormigueo y lubricantes cálidos que agregan una sensación adicional para estimular tu vulva.
Acaricia tu clítoris. Coloca tu mano de modo que puedas tocar tu clítoris y frótalo suavemente entre el pulgar y el índice. Luego intenta acariciar todo el largo de su clítoris con movimientos lentos hacia arriba y hacia abajo; cambia la velocidad y la presión para encontrar lo que se siente bien para ti.
Usa ambas manos. Mientras una mano se encarga de lo anterior, usa la otra para explorar más profundamente dentro de ti. Trata de meter un dedo dentro de tu vagina y frota a lo largo de la pared frontal (donde se encuentra el punto G)... Puedes tomar unos minutos para que esto tenga algún efecto, así que experimenta con velocidad y presión hasta que sientas algo.
Si te resulta difícil alcanzarlo, los vibradores del punto G están curvados especialmente para estimular tu vagina ¡Pruébalo! Recuerda que los juguetes sexuales son excelentes aliados para obtener más placer.
Deja que tu cuerpo hable. Mientras te exploras, no te sientas obligada a quedarte quieta. Intenta presionar los muslos con fuerza, para aumentar la presión, o balancea las caderas hacia adelante y hacia atrás mientras acaricias. Tensa los músculos, acelera el ritmo de tu respiración e intenta soltarte.
¡El resto depende de ti! Experimenta con diferentes presiones y movimientos, déjate llevar por tus sensaciones, sigue tu instinto ¡Que te diviertas!
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